Iniciación al fútbol. Los bebés del balón

A los que nos gusta el deporte y somos apasionados del fútbol, hay pocas cosas que nos alegren tanto como descubrir en nuestros hijos pequeños alguna habilidad deportiva. Pero debemos ser cautelosos, pues de ahí a pensar que triunfará en el deporte y que va para figura hay un mundo.

Los mejores especialistas en deporte indican que durante los primeros años de vida el niño debe realizar deporte exclusivamente recreativo y divertido. Con el juego el niño encuentra la manera de reconocer y relacionarse con su entorno y darle otra razón le perjudicaría en su desarrollo.
 
Lo ideal es que al niño le guste el fútbol. Para ello solo tenemos que observarlo, si le gusta golpear la pelota y si entre la multitud de juegos que practica prefiere jugar al fútbol. Si vemos que disfruta con este deporte podemos apuntarlo a una escuela de fútbol donde vaya simplemente a divertirse y a pasarlo bien con sus amigos. Los padres no deben imponer a sus hijos el fútbol, sino que son los niños los que deben de querer practicarlo. La edad idónea para comenzar a jugar al fútbol vendrá marcada por el propio niño, es decir, que nuestro propio hijo nos pedirá apuntarse a una escuela para practicarlo. Si lo apuntamos por iniciativa propia deberemos comprobar que realmente disfruta en dicha escuela.

 
 

¿Cuándo deben empezar los niños a jugar al fútbol?

Si yo enseño a jugar a un niño a los 5 años y trabajo con el desde esa edad, ¿es mejor que hacerlo desde los 7 años?

Sobre cuando comenzar la iniciación al fútbol hay muchas teorías. Pero existen estudios que demuestran que las habilidades trabajadas en niños de estas edades han dado resultados altamente satisfactorios.

El trabajo a realizar en la etapa de iniciación al fútbol debe consistir en la coordinación y percepción del espacio-tiempo (aspectos físicos) y controles, pases, conducciones y golpeos (aspectos técnicos). Todo este trabajo debe estar basado en el juego, en la diversión, en la competición lúdica. El niño debe aprender divirtiéndose, o por lo menos sin aburrirse.

Los primeros años de vida del niño son los más importantes de su evolución. De 0-3 años el movimiento es clave, aquí el niño desarrolla su capacidad de observación y coordinación, empezando a controlar el equilibrio y el espacio. De 3-6 años se puede empezar a comprender la didáctica deportiva, iniciando al niño en tareas que impliquen situaciones, estímulos, repeticiones, comparaciones. El niño empieza a comprender acciones, empieza a conocer cual es su nivel respecto al grupo y puede poner en funcionamiento su creatividad.  Estos niños deben que hacer juegos pre-deportivos, iniciadores, donde exploren el golpear, lanzar y controlar, todas las formas básicas de movimiento, para después trasladarlo al fútbol.

 
 

Tipos de entrenamiento

Nos centraremos en entrenamientos basados en posesiones de balón, con ejercicios en superioridad numérica clara, 4×2; 3×1; 4X1; 2X1; 5×2, en espacios reducidos. Cuando hablamos de espacios reducidos nos referimos a espacios, en un campo de fútbol, de menor superficie que el campo de juego total. Empezaremos con sesiones, en las que el jugador pueda utilizar toque de balón libre. En las sesiones siguientes iremos reduciendo el número de toques, hasta intentar que queden en los menores posibles, con muchos apoyos entre jugadores. Más adelante reduciremos el número de jugadores en superioridad numérica, hasta quedar los dos equipos en igualdad. 4×3; 5×4; 2×1; 3×3; 4×4.

Todos estos ejercicios variarán y los adaptaremos a la categoría y nivel con el que vamos a trabajar, cambiando distancias y número de jugadores, así como el material deportivo a utilizar, llámese balones – es ideal el de voley- o ropa deportiva – petos y camisetas de su talla- que no dificulten su buen desarrollo. El objetivo final lo aplicaremos en la totalidad del terreno de juego, ya sea fútbol 3, fútbol 5 o fútbol 8, en la práctica de la sesión semanal, recordándole al alumno los ejercicios realizados durante todo el programa de entrenamientos. Intentaremos que estas prácticas se asemejen a los juegos de fútbol callejero, organizándolos de tal manera que el niño no note la diferencia entre la escuela de fútbol y jugar con sus amigos en el parque.

 
 

Beneficios del niño en la práctica de fútbol

El objetivo de cualquier escuela de fútbol debe ser ayudar a los niños y formar su desarrollo deportivo. Esto se hace con un modelo y una forma de pensar totalmente nuevas. La idea básica es que niños felices pueden convertirse también en jugadores de fútbol.

En una escuela de fútbol aprenden a compartir, convivir y competir a un  nivel básico. Comienzan a someterse a reglas, y aprenden también a saber perder y a saber ganar. Aprenden los valores que ofrece el fútbol, los de compartir, saber relacionarse con el compañero y con el contrario, y el valor de la superación.

Por lo tanto, soy partidario que el niño comience su andadura deportiva desde los 5 años, favoreciendo que se mueva desde su más temprana edad, que conozca situaciones de juego individuales y, sobre todo, grupales, juegos con otros y contra otros, que lo vayan preparando para su verdadera iniciación al fútbol en los años posteriores.

A los niños debemos enseñarles el idioma de los juegos de fútbol desde bien pequeños. Los beneficios de su práctica a una edad tan temprana son innumerables, y el más importante es que el niño disfrute y se divierta con ella.

Sarroca

Colaborador R.S.D. Santa Isabel